martes, 1 de marzo de 2011

Valparaiso



Valparaíso
que disparate eres
que loco
puerto loco
que cabeza con cerros
desgreñada
no acabas de peinarte
nunca tuviste tiempo de vestirte
siempre te sorprendio la vida
te desperto la muerte en camisa. - P. Neruda

Esas palabras de mi tocayo Pableras intenta describir brevemente que es Valparaiso. No digo que esten mal, solo que la tarea es tan titánica que debe ser acometida por un genio de igual talla y nombre que del gran Pablo neruda. Como Pablo Picasso esta criando malvas y Pablo Carbonell esta ocupado en dios sabe que, voy a intentar hacer una descripción gráfica de qué es Valparaíso.

Valparaíso es cómo una prostituta ajada y desdentada sobre sábanas de raso rojo. A primera vista es horrorosa, pero luego tiene un cierto atractivo que fascina, en parte porque está situada en un marco incomparable.

La primera impresión que se tiene al bajar del autobús es haberse metido de lleno en una película de los hermanos Marx. La gente va y viene por doquier de la parte plana de la ciudad, llamada El Plan (como el de los Cylon) que es sin duda la parte mas fea y desagradable. Está sucia, abundan los perros callejeros y los carteristas y la gente viene y va sin percatarse de lo que tiene alrededor. Las calles estan descuidadas y llenas de baches y abollones; y las micros (los autobuses) circulan como Karros Orkos, adelantándose en línea continua y con semaforos en rojo (true, ya hablaremos de las micros otro dia).

 Pero si se camina hacia el este un poco, se llega al mercado de la ciudad, donde nada tiene el precio puesto y todo se negocia. Una mano a la cartera y otra a la cámara de fotos avanzamos entre los puestos viendo lo mejor del mar y la tierra. En el piso superior, marisquerias y restaurantes ofrecen guisos de pescado, marisco y pescaito frito mu rico, mientras ves la actividad frenética de la calle o del interior del recito, o los gaticos callejeros que reptan entre las mesas viendo si cazan algo caído.

Se sigue en dirección al mar y los muelles se abren con todo el horror y la gloria del tercer puerto del país y el más antiguo. Marineros y prostitutas no tienen ningun inconveniente en ir a lo suyo y tan típica escena solo se rompe por la aparicion de un enorme mall donde empieza el paseo de la playa. Los granos de arena son el resultado de desmenuzar el granito del que estan hechos los riscos, con lo que son afilados y grandes como uñas y rascan los pies. Hay numerosas estructuras destruidas por terremotos y por acción del agua, restos de naufragios y hierros enterrados en la arena impiden el baño, pero algunos sirven de plataformas improvisadas para que leones marinos tomen el sol placidamente.

 La plana en definitiva es una mierda enorme (salvo por los leones marinos), y subir a los cerros que albergan el grueso de la ciudad requiere de una buena caminata (por algo dicen que las mozas de Valparaiso tienen las mejores piernas de latinoamerica) o de pillar uno de los muchos ascensores de aspecto prehistorico que ascienden por 100 pesos (unos 15 centimos) y que ademas de acojonar mucho, permiten admirar las mejores vistas de la ciudad.

 Y una vez arriba, oh. Una vez arriba empieza la VERDADERA ciudad. Las casas añejas, decadentes y coloniales. Pintadas o ajadas por el tiempo. Los cables del tendido a veces pasando a ras de la calle a veces alto en el cielo. Ningun orden se impone entre las callejuelas salvo la ley del grafitti y el soplo de la inspiración. Es imposible orientarse asi que lo mejor es perderse directamente y vagabundear por donde se oiga música de algun barrio en fiesta, o el murmullo de turistas regateando con artistas locales.
 Es perfectamente lícito hurgar en las ventanas abiertas ya que un platero puede estar trabajando anillos de lapislazuli, o una mujer cocinar un pastel de choclo del que darte una mordida. Ni tapandote los oidos puedes dejar de oir la musica que inunda el ambiente. Ritmos de rock, de cumbia, de reggae (sin ton) y de parejas bailando el tango en una plaza.


Entonces es cuando te das cuenta del alma de Valparaíso y es que a la gente que alli vive se la suda todo. es terreno sin nación ni patria ni dueño ni vigilante. Podrías pintar tu casa, ponerle cara a los adoquines o hacer una estatua con heces frente a tu puerta que nadie diría nada. Claro que también podría pasar un ciclón y arrasarlo todo y no tendrías a quién llorar. La creación es algo efímero en Valpo, pero la inspiración es infinita.

O eso me parecio adivinar.

2 comentarios:

  1. Que poética esta entrada no? me hubiera gustado ver más fotos de la ciudad. ¿Probaste algún guiso de pescado en el mercado? sonaban como a cosa rica.
    ¿Qué tal va el asunto laboral? ¿ya le fregaste a Iker la cocina? parece que allí todo se maneja muy despacio, cuentanos un poco que tal el día a día y no solo tus excursiones :-)

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  2. Me parece una ciudad increíblemente bonita, o al menos has hecho que den ganas de mudarse allí con las fotos y como la has descrito¡

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