viernes, 28 de octubre de 2011

Nuevo hogar, viejo hogar

Hoy Pablete estrena su primera casa en solitario en sus 30 años de vida. Ya valio de padres, amigos y compañeros de dudosa reputación y dañado hígado; hoy tengo al fin mi casa. Solo que no es mi casa.

Deberia estar ilusionado. Esta cerca de Bellavista, es un octavo con vista preciosa de la cordillera. Amplio (pensado para compartir con gente que quiera venir a verme... ehem ehem; con restaurantes, pubs, la zona gay de santiago y supermercados cerca; (todas mis necesidades bien cubiertas). Tengo una piscina en la azotea y vista 360º de toda la ciduad desde un privilegiado piso 25. Incluso mi ventana del cuarto da a una iglesia que ardió hasta los cimientos el pasado marzo. Vamos ideal para mi.

Y sin embargo no es mi hogar, no lo siento como el hogar. Siento que es otra casa extraña en la que voy a vivir; otro lecho de prestado donde me costará hacer la maleta. Deberia estar contento pero en realidad me invade una tristeza que lleva nueve meses mordiendo mis orejas.A veces pienso que carezco de los mecanismos necesarios en el cerebro para ser feliz, que si por un picosegundo de un picosegundo alcanzo la verdadera felicidad, voy a explotar o algo. Hoy estreno mi primera casa propia, y solo me hace sentirme más solo que nunca.

El hogar está donde está el corazón; y para mí es una plaza porticada en lo más añejo de oviedo. Allí suenan las canciones de mi vida, aquellas que nunca suenan ni sienten mal. Ese será siempre mi único hogar, el resto solo cartones de arriendo.

jueves, 20 de octubre de 2011

PAPELES

Esta semana varias personas me han preguntado por los tramites necesarios para conseguir un visado y poder trabajar legalmente en Chile. Cada vez doi una respuesta diferente, acertada y me entienden menos; por lo que considero ya una obligacion moral con mi picha el ponerlo claro. Para que no se haga un lio.

Ante todo, toda la informacion viene en http://www.extranjeria.gov.cl/ donde se pueden ver todas las visas y solicitudes pertinentes.

Tu objetivo en el pais es conseguir una estancia legal y prolongada?, pues si no eres hijo de Chilenos; tu opcion es una visación temporaria o una visa sujeta a contrato. La diferencia mayor entre ambas es que la segunda está ligada a un contrato de trabajo, y en caso de finalizar dicho contrato deberás volver a tramitarla o abandonar el país en 30 días.

Tanto para la temporaria como para la visa sujeta a contrato hace falta un contrato (o oferta en el caso  de la temporaria) debidamente notariado, o una justificacion de patrimonio. Ambas tardan como mes y medio en aprobarse y otro mes en hacerse efectivas.

Existe un tipo de temporaria para profesionales de alto nivel que requiere un título universitario debidamente legalizado. El como legalizarlo es otra entrada de este blog.

Prisa por formalizar, una posibilidad que nos permite el visado es un "permiso de trabajo con visa en trámite". Se solicita al cumplimentar la visa, y llega con la aprobacion de esta (por lo que se demora mes y medio aproximadamente) pero te da hasta cuatro meses de legalidad (tiempo suficiente para llegar al estampado definitivo).

¿Necesitas empezar a trabajar inmediatamente?, no problem!, personate en extranjería y pide un permiso para trabajar como turista. Se entrega inmediatamente y tiene una validez de un mes, una vez finalizada la misma deberá prorrogarse en cuanto se pueda. El dejar un día al aire puede conllevar multas para ti y para tu empresa.

domingo, 16 de octubre de 2011

A TU SALUD RUCALES!

Hoy hace un año aproximado, es posible que me equivoque ya que nunca he sido muy bueno para los funerales; que nos dejó una persona muy importante para mi y para mucha gente. Mi Güelin del alma, Luis "Rucales". Hace un año que la enfermedad que había devastado sus riñones amenazaba con concederle una nada deseable agonía, hasta que el azar le regaló una muerte inesperada y dulce.

A dia de hoy cuando pienso en mi abuelo; en mis dos abuelos, no se porqué no debería incluir al padre de mi madre. Sólo siento orgullo. Quiero creer que viven todavía en mí, en mi forma de ver e interactuar con el mundo. De mi abuelo Tino tengo mis ideas, y de mi abuelo Luis su sinceridad y su pragmatismo.

No conocí a mi abuela Justa, y eso me perseguirá toda la vida; conocí a mi abuelo Tino pero no era un hombre fácil precisamente; le conocí mucho mejor tras su muerte; cuando heredé sus libros, su posesión más preciada. De él aprendí que ni dios ni amo ni patrón, y que algún día el hombre será amigo del hombre; ojala pudiera verme ahora.

De mi abuela Luz tengo sus recuerdos contaminados por la inocencia de la niñez. Recuerdo que un halo dorado la perseguia allá donde fuera, al punto que a veces costaba mirarla. El cáncer se la llevó, y yo no pude comprender por qué, no todavía.

Pero con mi abuelo Luis yo ya era un hombre consciente de mis facultades. Con él experimenté la mortalidad de primera mano, y fui consciente de que mi propio padre y yo algún día también; ibamos a ocupar un nicho. Y de que amigos, familiares y enemigos se pasearían por encima de mí para llorar, escupir o reír; lo que más les venga en gana. Era mi mejor amigo, mi ejemplo y mi razón de crecer; era un referente de que si tratas a los demás como te gustaría que ellos te trataran a tí, la gente responde y el mundo es un lugar menos nauseabundo. Era el ejemplo viviente de que nunca debes contentarte con nada menos que la prefección, y de que si quieres un buen trabajo has de hacerlo tu mismo.

Cuando recuerdo a mi Güelo, recuerdo aquellas mañanas de Reyes en que nos fabricaba los mejores juguetes con las cajas de los carisimos regalos que ignorabamos. De aquellas manos salían barcos, metralletas y casas. Aquellas manos eran mágicas.

Siento orgullo por mi abuelo porque al irse, prescincimos de Funeral. Él habia sido toda su vida un Ateo convencido, pero respetuoso con las creencias de otros. Por las escasas veinticuatro horas de su velatorio pasaron más de cuatrocientas personas a presentar sus respetos. Recuerdo que el mejor momento fue cuando del velatorio de al lado vinieron a regañarnos que oían risas de dentro del nuestro.

Todos reíamos al recordarlo, reíamos porque le queríamos. Recordabamos sus anécdotas y sus manías. Recordabamos sus buenas maneras, y su odiosa manía de escuchar antes de hablar.

Aquello no era un mar de lágrimas por haberlo perdido, sino una celebración de la vida; por haberlo conocido.

Hoy ha pasado un año desde que nos dejó. Y me siento más solo que en los últimos nueve meses juntos.