jueves, 17 de febrero de 2011

EL VIAJE

Si hay una cosa cierta en el mundo, es que para emigrar hace falta mas que valor. Mayormente hace falta panoja y toneladas de paciencia. Aparte de una cierta carga emocional que no nos gusta admitir pero que esta ahi, piensa que si tienes suerte puede que no veas a tus amigos y parientes a la cara en un año o similar.

En el caso particular de Chile, el papeleo es muy fácil si se viene de turista (es decir, sin un contrato de trabajo previo) y con billete de vuelta.  Tienes tres meses que se pueden prorrogar a otros tres adicionales mediante un pequeño pago a extranjería, tiempo más que sobrado para tirar curriculums, ya que si en tres meses no te han contestado, no creo que lo hagan. Vuelta a casa, aunque siempre nos quedará Alemania. Con un pasaporte en regla, el DNI por si acaso, y un billete de vuelta no tienes problemas para entrar. Si alguien te comenta algo de una residencia acreditada, un certificado medico, unas grantias de capital y to eso, es chufla.

El billete de avión es el primer navajazo considerable. Vete dilatando porque es imposible que baje de 1000 euros. Hay tres compañías que vuelan a Santiago y son: Iberia (the worst), LAN Chile y Air France. Los precios de LAN son más elevados pero lo valen, puestos a estar 14 horas en un avión, mejor hacerlo en una butaca con espacio, comida decente y una tele propia. Air France tiene billetes muy baratos (el mio costó 1100 euros) y también es cómodo pero no tanto como LAN, aparte Air France es mucho más flexible para cambiar fechas que las anteriores, previo pago por supuesto.

Mi vuelo en particular consistió en un Ranón-París, en un avión enano con apenas espacio y muy ruidoso. En apenas dos horas estaba ya por el Charles de Gaulle, buscando locamente una wifi. El tránsito de términales del Charles de Gaulle  es sorprendentemente fácil, por un bus interno, todo está muy bien señalizado y hay locales abundates donde pasar las horas muertas. Playstation 3 gratuitas (todo un puntazo, pero te arriesgas a que un niño libio de 8 años te pula jugando al tekken).

Meterse en el vuelo a París fue como cambiar de una avioneta al destructor de Darth Vader, el boeing 777 es como una estratofortaleza con todo tipo de lujazos, asientos anchos, luz, pantallas individuales, azafatas cañón... ah meca es que esto por donde entramos es bisnis class.  Al pasar a turista los seis asientos de ancho pasaron a diez, estaban mas juntos, beh... hay que hacer de tripas corazon.  Mi asiento era el 45j de 47 filas que tiene el aparato,asi que iba en la puta cola. Al llegar pude comprobar que mis compañeros de viaje eran una cachonda tremenda un poco pijita de Barna que iba a hacer "coach cruising" (mochilero para el resto del mundo) llamada Jennyfer Wise (true) y delante una lesbiana barcelonesa y un profesor de filosofia chileno al que habian despedido de la Universidad Católica por su orientación sexual (queeee soooorpreeesa). Por supuesto tiré ficha con Jenny pero ya dejo claro desde el principio que tenia novio. Jenny, alla donde estés espero que tengas suerte.

Tras catorce apasionantes horas de clavar las rodillas en el asiento de alante, que me pisaran las azafatas y que Jenny me clavara los codos al dormir, llegamos a Santiago.

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