ES DURO (NO) ACUDIR A LA EJECUCIÓN DE DOS AMIGOS

Dicen los poetas que el amor son dos personas que se encuentran. De entre seis mil millones de almas, es difícil encontrar una sola que nos comprenda, que nos aprecie y que nos ame por lo que somos, y no por lo que poseemos.

Me gustaría decir que conozco a Iris y Jorge, pero no es así. De hecho para mi son perfectos desconocidos. Si, he estado en su casa despierto hasta altas horas jugando al guitar hero sin pantalones; y he acarreado los bártulos de sus mudanzas. También les he visto llorar, por separado, lágrimas secas de rabia y lágrimas luminosas de alegría.

Pero no conozco el sabor de su pastel de bodas, y a no ser que me manden un pedazo por contrabando. No voy a pasar una semana en cama por la tremenda resaca de su banquete de boda. No he tenido que fingir interés en los detalles de su hipoteca a doscientos años, ni me he ensuciado pintado su minipiso de dos metros cuadrados. No voy a regalarles una tele malicienta para la inaguración, pero será porque les regalaré una tele de plasma chupiguay.

No me he emborrachado todavía porque hayan tenido su primer hijo. Ni me he disfrazado de oso para el cumpleaños de su segundo hijo; ni he corrompido sus jóvenes mentes con mentiras y ateismo. No les he llevado al cine a ver alguna película de chuck norris en vez de Happy Scrappy el osito feliz. No les he dado clases de mates porque la profe les tiene manía. De hecho no conozco tampoco a esos pequeños bastardos, pero eso ya es otra historia.

No he tenido que dejarles dinero todavía. aunque mucho me temo que esa profecía se va a cumplir algún día sin duda. No he tenido que albergar a Jorge en mi casa por haber cometido alguna falta real o imaginaria. No he visto como se peleaban y reconciliaban una y otra vez; en la eterna danza de los enamorados.

Tampoco les conozco en la serenidad de la vejez. Ni tampoco conozco mis lágrimas si alguno de ellos tiene la suerte, buena o mala lo desconozco, de irse antes que me llegue la hora.

Pero si quiero conocerles. Quiero vivir todo esto y mucho más porque les quiero. Les quiero como amigo, eso si; y sé que aunque nos separen 10000km, mi vida va a estar ligada a ellos como se ligó hace diez años. Son parte vital de el coro de mi vida, tal como yo soy de la suya. Para mi se casaron desde el momento en que se concieron, lo que van a hacer en un par de días en una iglesia es sólo ratificarlo ante un funcionario del peor casero del mundo.